El alquiler residencial se está convirtiendo a pasos agigantados en la gran atracción de grandes y pequeños inversores en España, y esto no es novedad puesto que las perspectivas macroeconómicas de la economía española están acompañando este despertar del sector inmobiliario. Hay algunos factores que explican el cambio de dichas tendencias en el alquiler:

Económicos: la burbuja inmobiliaria y la restricción crediticia han sido los principales detonantes del inicio del incremento de cuota de mercado del alquiler frente al de propiedad. Paralelamente, los agentes intervinientes en el sector como las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria o los fondos de inversión internacionales también han jugado un papel importante y decisivo.
A menor escala el pequeño inversor también ha fijado su atención en inversión en activos inmobiliarios como alternativa a la baja rentabilidad ofrecida por depósitos y fondos.
Sociodemográficos: la movilidad geográfica, la limitación de las rentas disponibles, los cambios de la estructura de los hogares, el cambio en la pirámide poblacional entre otros generan nuevos usos inmobiliarias por tanto nuevas formas de aportar valor al sector.
La importancia del uso sobre la propiedad, la flexibilidad y adaptabilidad de usos y espacios a nuevas tendencias socioeconómicas como el co-working, co-housing, alquileres vacacionales y un largo etcétera provocarán la aparición de nuevas empresas con modelos de negocio innovadores que aportarán valor a estas nuevas necesidades residenciales.